Existen muchas recetas para hacer un buen salmón, pero la más fácil y rápida de todas es a la plancha. La verdad que esta receta no tiene ningún tipo de misterio, ya que el salmón tiene un alto contenido en grasas, por lo que es muy difícil que te quede seco.
Para no complicarnos en la cocina y disfrutar única y exclusivamente del mejor sabor del salmón no vamos a añadir ni especias ni salsas. Vamos a cocinar el salmón a la plancha con su propia grasa, nos va a quedar siempre jugoso. Lo único difícil es controlar los tiempos para que no quede ni crudo ni seco, una vez cojáis la técnica os saldrá siempre perfecto.
Lo que vamos a conseguir es que quede con un ligero toque tostado por fuera y tierno y jugoso por dentro, además podemos acompañarlo con verduras asadas, salteadas o al vapor. A mi una de las formas que más me gusta es acompañado con espárragos trigueros a la plancha.
Uno de los pescados azules más sabrosos es el salmón, además es uno de los pescados más beneficiosos para nuestra salud. Eso sí, debemos de comerlo con moderación y alternarlo con pescados blancos y otros pescados azules como el atún.
Cómo hacer salmón a la plancha
Ingredientes
- 400 gr de salmón fresco.
- Aceite de oliva y sal.
Instrucciones
El salmón como mejor sabe es fresco, pero muchas veces lo compramos congelado ya que es más económico y más cómodo. En caso de que vayas a hacer salmón a la plancha con salmón congelado, debes de descongelarlo en la nevera a lo largo del día, para un proceso de descongelación correcto. Después retiraremos todo el agua sobrante con papel absorbente, de esta manera nos quedará un salmón a la plancha para chuparse los dedos.
En este caso, vamos a utilizar salmón fresco para disfrutar de todo su sabor y cocinado en su propia grasa.
- Cogemos una sartén antiadherente para evitar que el salmón se pegue.
- Añadimos un chorrito de aceite de oliva, sin pasarnos.
- Encendemos el fuego al máximo y mientras se calienta la sartén, añadimos un poco de sal en el salmón por ambos lados.
- Cuando el aceite esté muy caliente, añadimos los lomos o rodajas de salmón.
- A fuego fuerte, dejamos que se tueste un poco la superficie del salmón.
- Damos la vuelta al salmón y dejamos que se tueste un poco por el otro lado.
Vais a ver como el salmón va a ir soltando grasa, por lo que no es necesario añadir mucho aceite. Si habéis elegido unos lomos gruesos tardará más en hacerse, por lo que os recomiendo apagar los fuegos y dejar que se terminen de hacer con el calor de la sartén.
A mi, personalmente el salmón me gusta hecho pero sin que se quede seco por lo que muchas veces lo corto en trozos iguales para que se haga más rápido y no se queden ni crudos ni secos, es decir, para que queden jugosos.