El ayuno intermitente consiste en pasar entre 10 y 16 horas sin comer, y aprovechar el resto de las horas para hacer nuestras ingestas. Un ejemplo sería hacer ayuno de 19:00 a 7:00 horas, y concentrar nuestras comidas entre las 7:00 y las 19:00 horas. Las horas en las que sí se ingieren alimentos se conocen como ventana de alimentación, y el resto como ventana de ayuno. Y es un método que ayuda a adelgazar, pero que además tiene otros beneficios y varias ventajas.
¿Qué es el ayuno intermitente?
De forma natural ya practicamos el ayuno. Es natural que pasemos un período prolongado de tiempo sin comer nada, es decir, ayunando, y lo normal es que sea la franja que va desde la cena hasta el desayuno del día siguiente. Pero la dieta del ayuno intermitente consiste en hacer estos ayunos de una forma estratégica, y planeada, con la intención de adelgazar y aprovechar el resto de beneficios de practicar el ayuno intermitente. Y se hace ampliando el rango de horas de no ingesta.
En una dieta de ayuno intermitente se establece una horquilla de entre 10 y 16 horas durante las cuales se practicará una ventana de ayuno. Durante estas horas solo se permite tomar agua, café o té, y el resto de las horas correspondientes a la ventana de alimentación será cuando sí que se puedan ingerir todo tipo de alimentos. No obstante, lo más recomendable es aprovechar la ventana de alimentación para la ingesta de alimentos saludables. Sino, lo más probable es que esta dieta no tenga ningún tipo de efecto beneficioso para nuestro organismo.
Se suele recomendar hacer una dieta de ayuno intermitente 16:8, que consiste en establecer una ventana de ayuno de 16 horas sin comer, y una ventana de alimentación de 8 horas con comidas, normalmente saltándose el desayuno y arrancando directamente con una primera comida al mediodía. No obstante, como comentábamos, la dieta de ayuno intermitente puede tener una ventana de ayuno de entre 10 y 16 horas.
Beneficios de la dieta de ayuno intermitente
El ayuno intermitente se relaciona con unas menores tasas de diabetes tipo 2 y enfermedad arterial coronaria, según diferentes estudios. Además, puede ayudar a mejorar la sensibilidad hacia la insulina, y mejorar la presión sanguínea. Es una dieta que favorece la reducción de grasa, sobre todo en personas obesas y en relación a entrenamientos de fuerza. Otra de las grandes ventajas de este tipo de dieta es que ayuda a combatir el estrés oxidativo, y contribuye a una microbiota intestinal más sana.
El ayuno intermitente, no obstante, debería practicarse con supervisión de un especialista. Aunque hay diferentes beneficios del ayuno prolongado, lo cierto es que puede no estar indicado para según qué personas en función de su estado de salud, patologías o en base a su actividad física habitual. Por lo tanto, lo mejor es consultar con un especialista antes de intentarlo.