¿Pensabas que el ajo no se estropeaba? Como cualquier otro alimento los ajos se estropean, tardan más en hacerlo pero se terminan deteriorando. Normalmente los ajos se venden en mallas y no los consumimos todos en un día ni en dos, sino que los tenemos en casa durante varias semanas incluso meses. Es el ingrediente estrella en una gran variedad de cocinas, aporta mucho sabor a las recetas y se suele cocinar junto a la cebolla. Es comúnmente utilizado para hacer los sofritos de los guisos así como otro tipo de recetas donde es el principal protagonista, como en la sopa castellana o el conejo al ajillo.
Seguramente sueles tener las cabezas de ajo de cualquier manera, en la despensa o en la encimera, y en cualquier recipiente. Pero hay una manera de conservar los ajos para que no se echen a perder, y no es en la nevera. Los ajos nunca hay que guardarlos en la nevera a no ser que estén pelados, en este caso solo tienes que bañarlos con un poco de aceite de oliva virgen extra y envolverlos con papel film transparente. Si no los has pelado a continuación te explico cómo conservar los ajos para que te duren más tiempo.

Cómo conservar los ajos, seguirán frescos como el primer día
Ya sabes que nunca hay que guardar las cabezas de ajos en la nevera. La forma correcta de conservarlas es en unos recipientes opacos con ventilación, para no tener opción a tener contacto con la luz solar. Por lo tanto, los ajos deben de conservarse en un lugar fresco y seco donde haya ventilación, a una temperatura entre 15ºC y 18ºC. Hay que evitar que se encuentren en zonas cálidas y húmedas, se terminarán estropeando fácilmente.
Las cabezas de ajo se conservan enteras, no hay que separar los dientes para conservarlos. Cuando vayas a utilizarlos coge solamente los dientes que necesites y el resto déjalos como están, con todas sus capas de piel y en el mismo recipiente opaco y con ventilación. Estos recipientes se utilizan desde hace muchísimos años, son los típicos que tienen nuestras abuelas en casa. Los recipientes son de cerámica, opacos y con agujeritos para que exista una ventilación.
Además, es importante que a la hora de conservar los ajos no los pongas en el mismo recipiente que otros alimentos como la cebolla. Tienen que ir por separado. Si comienzan a salir brotes verdes quiere decir que los ajos ya no están para consumir. Un ajo fresco es aquel que es firme al tacto y sin manchas, cuando se echa a perder se reblandecen y comienzan a aparecer manchas, en este caso es mejor reemplazarlos y comprar frescos.
A partir de ahora sabiendo conservar los ajos de forma correcta te van a durar mucho más tiempo. Olvídate de guardarlos en la nevera y pásate al recipiente de cerámica opaco y con agujeros. Además, donde los guardes recuerda que no deben de estar expuestos a cambios bruscos de temperatura, esto acortará su tiempo de frescura.


